Tarragona, 17, 18 y 19 de mayo de 2002

 

MOVIMIENTO SINDICAL EN EL ENTORNO EUROPEO

 

Situación laboral de la profesión periodística

1.- Precariedad

Mas del 50 por ciento de los periodistas trabajan en condiciones precarias.

En los diez últimos años la situación laboral en las redacciones se ha deteriorado notablemente, según estudios efectuados por diversas universidades y organizaciones de periodistas. Según estos estudios, la cifra de negocio de las empresas de comunicación ha subido en un 64% en ese periodo. Y los beneficios netos de las empresas han crecido en un 342 por ciento.

Mientras que el empleo precario, basura, en las redacciones es de un 42 por ciento en el conjunto de España. La precariedad en el empleo, es decir el deterioro de la calidad del empleo periodístico, es el factor más relevante de la profesión. El empleo estable mantiene una continuada trayectoria descendente.

En la actualidad, más del 40% de los periodistas tienen contratos temporales, al tiempo que se detecta un espectacular crecimiento de los becarios. De hecho, los datos más optimistas indican que, al menos, uno de cada cuatro periodistas en ejercicio carece de un salario estable.

Es decir, el empleo basura afecta al menos al 40% de los periodistas en activo. Esta realidad es aún más grave en los medios audiovisuales alternativos, donde casi el 48% del personal figura como colaborador, en su concepción más amplia.

Por otro lado, es significativo que el número de puestos de trabajo con una remuneración inferior a 2 millones de pesetas crece de manera importante y podría afirmarse que se ha duplicado en los últimos 8 años. Bastante más del 20% de los profesionales en activo tienen una remuneración inferior a los 2 millones de pesetas.

Aún resulta más preocupante la proporción de periodistas que, aunque se consideran integrados en una Redacción, perciben salarios anuales inferiores al millón de pesetas, lo que representa un sueldo medio de 70 mil pesetas/mes.

En el caso de las televisiones locales, frente a una plantilla total declarada de 922 empleos, se declaran también un total de 830 colaboradores, que representan algo más del 47% del total.

Sin embargo, en el sector público de medios audiovisuales se reduce de manera drástica la tasa de precariedad, aunque también la tendencia es la del aumento de la misma.

Por el contrario en el sector de la radiodifusión privada más de un 23% tienen suscritos contratos temporales y, al menos, un 15% de los profesionales carece de relación contractual alguna.

A lo anterior hay que sumar la utilización que las empresas hacen de la figura del estudiante en prácticas que, en la mayoría de los casos, se ven obligados a efectuar las labores de los redactores, sin ningún tipo de supervisión y, en la práctica, ocupando puestos de trabajo estructurales en las redacciones.

2.- Marcos de negociación

Desde que celebramos la Convención de Periodistas de Cádiz en 1998 se han producido algunos avances en el terreno de la negociación colectiva.

Recientemente se ha firmado el Convenio de Prensa Diaria y con anterioridad el de Prensa NO Diaria, lo que supone consolidar este marco contractual.

La presión ejercida por los comités de empresa, los sindicatos y el conjunto de las organizaciones integradas en el Foro, apoyados por los trabajadores del sector, abrió la vía al inicio de la negociación del Convenio de Prensa Diaria. En la consecución de este objetivo fue muy importante la iniciativa adoptada en su momento de extender el Convenio del Norte de Castilla para cubrir el vacío de cobertura generado por la derogación de la Ordenanza Laboral.

La transformación de la AEDE en una verdadera patronal, consecuencia de la citada presión, abrió un camino de normalización de las relaciones laborales que tuvo su primer hito en la negociación y firma del primer Convenio Colectivo para la Prensa Diaria.

Sin embargo, aunque no cabe duda que la firma del Convenio de Prensa Diaria supone un avance del que el Foro también es responsable directo, todavía hay mucho camino que recorrer en el desarrollo de marcos contractuales.

En el sector de la radiodifusión la Asociación Española de Radios Comerciales sigue sin identificarse como patronal, mejor dicho, se ha identificado como patronal pero se acoge a la Ley Fraga del 64 que no obliga a la negociación de Convenios, lo que en la práctica está paralizando la posibilidad de abrir un camino similar al de Prensa Diaria. Se hace, en este caso, necesario definir una estrategia de presión y movilización que cree las condiciones para abordar la negociación de un Convenio Sectorial de Radiodifusión.

El crecimiento constante del número de empresas del sector de televisión, -algunas de ellas de carácter exclusivamente informativo-, hace aún más necesario si cabe la articulación de la negociación colectiva sectorial. La suma de las diferentes realidades empresariales televisivas (televisiones locales, cable, privadas y públicas generalistas, canales temáticos, etc), configuran un sector muy diverso, con un aumento del empleo global, si bien se trata de empleo endeble, con alto volumen de precariedad y condiciones salariales y de trabajo muy deficientes.

La patronal de este sector sigue estando desarticulada. Como en el caso de la radiodifusión es imprescindible poner en pie estrategias que abran la posibilidad de negociar un convenio marco, herramienta necesaria para poder mejorar las bajas condiciones laborales del sector.

La estrategia de segregación empresarial en la televisión está dando como resultado la creación de empresas redaccionales, como por ejemplo ATLAS, CNN +, integradas casi en su totalidad por periodistas. Esta nueva realidad incide más aún en la necesidad de abordar en el Foro la regulación del sector.

En definitiva, en lo que se refiere a los marcos contractuales, el objetivo debe ser la existencia de una cobertura de negociación colectiva para todos los sectores de la comunicación social, prensa, radio y televisión. Para avanzar en esta estrategia también deberemos recuperar nuestra interlocución con la administración, -Ministerio de Trabajo, etc-, exigiendo su posición favorable como elemento de intermediación ante las respectivas patronales.

El desarrollo de esa cobertura debe contemplar como elemento necesario una adecuada regulación de las condiciones laborales de los colaboradores. Para ello deben establecerse propuestas en los diferentes convenios sectoriales, de tal manera que estos colectivos estén también amparados en la prestación de su trabajo, evitando su exclusión de la negociación colectiva.

3.-Empleo y condiciones de trabajo

Aunque la acentuada dispersión de las empresas periodísticas impide tener datos completamente fiables sobre el volumen de empleo en los sectores que componen la comunicación social, se observan tendencias acerca de su evolución en los últimos años.

El empleo existente en los medios de comunicación más "tradicionales", -radiotelevisión pública, cadenas de radio privada de difusión estatal, periódicos de tirada nacional, grandes agencias-, ha experimentado un estancamiento o incluso en algunos casos, como el de RTVE o radios privadas, un retroceso.

Sin embargo, se observa un crecimiento continuo en las empresas surgidas al calor de las nuevas ofertas de difusión como las televisiones locales, los canales temáticos de las plataformas digitales televisivas, la prensa y radio local, las agencias especializadas en información audiovisual o los periódicos digitales.

Una parte importante de este crecimiento es de carácter periodístico, debido al aumento de la oferta informativa, sobre todo en el caso del sector audiovisual. No obstante es necesario destacar que se trata de un empleo con características muy negativas en lo que respecta a sus condiciones y estabilidad. En muchos casos no existe ni siquiera relación contractual entre los trabajadores y las empresas, o como en el caso de las televisiones y radios locales los propios empresarios cuestionan el carácter profesional de sus plantillas, definiendo estas emisoras como si fueran un "voluntariado".

Es por tanto imprescindible clarificar el panorama de estas nuevas realidades, configurando un auténtico sector con empleo de calidad, atendiendo a las necesidades profesionales y formativas de sus trabajadores. Sobre todo si tenemos en cuenta que este tipo de empresas tiene cada vez más una viabilidad económica, con un aumento cada vez mayor de ingresos basados fundamentalmente en el crecimiento de la publicidad de carácter local y/o especializada.

El nacimiento de nuevas empresas periodísticas, algunas de ellas segregadas de empresas de mayor volumen, hace que se incrementen también las cifras de colaboradores y free lance que prestan sus servicios a diferentes empresas. La suma de estos factores, segregación y atomización empresarial, crecimiento del trabajo autónomo, determinan la necesidad de crear marcos de regulación sectorial y nos plantean la necesidad de avanzar en la dirección de establecer convenios de grupo.

La figura del convenio de grupo debe formar parte de nuestra estrategia, con el fin de frenar la tendencia a la disgregación y la individualización de las condiciones de trabajo. Las experiencias de la coordinación de la actividad sindical en el grupo CORREO, PRISA, etc., marcan un camino que deberemos profundizar y extender a otros grandes conglomerados empresariales en el mundo de la comunicación social.

Otro aspecto importante a considerar es el relativo a la implantación de las nuevas tecnologías. La profesión periodística está también afectada por los nuevos sistemas de producir la información, especialmente en el sector audiovisual.

Algunas cadenas de televisión, -Antena 3, Tele 5, etc Telemadrid- han incorporado nuevos equipos que, basados en la tecnología informática y digital, permiten asociar la edición de imágenes y la locución a las funciones profesionales de los redactores. En un plazo de tiempo breve estas tecnologías se incorporarán al conjunto del sector audiovisual. Si a esto añadimos la tendencia en las empresas a plantear figuras profesionales como redactor- ENG, que asocian al periodista tareas de toma de imágenes, estamos ante una importante transformación de los perfiles profesionales.

Establecer los límites de la profesión, debatir acerca de como incorporar esas nuevas realidades, son objetivos a desarrollar a corto plazo. En ese contexto los aspectos referidos a la formación continua deben ser también objeto de nuestra actividad.

Por último, en un marco más global de regulación, consideramos imprescindible, para un desarrollo libre y con garantías de nuestra trabajo, la promulgación de un Estatuto de la Profesión Periodística que defina y regule nuestros deberes y derechos como ya existe en todos los países de nuestro entorno. Así como una Ley de Derechos Laborales que proteja la figura del colaborador obligando a las empresas a cotizar a la Seguridad Social.

Este es el otro déficit que cuanto antes hemos de saldar entre todos: las organizaciones profesionales, los partidos políticos, las centrales sindicales y los gobiernos del Estado y de las Comunidades Autónomas.


Presentado por Carmen Rivas (AP-CC.OO)


 

 
 

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