Programa de la Federación de Sindicatos de Periodistas
Aprobado en el Congreso Constituyente de la FeSP (Madrid,
19-20-mayo-2001)
La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) no sustituye
ni altera los programas y objetivos de los sindicatos que la componen.
Desde el respeto por la soberanía de cada uno, la FeSP complementa
y abre nuevas posibilidades de actuación general y puede plantear
una estrategia global que cada sindicato abordaría con mayores
dificultades de forma individual.
Es por ello que conviene recordar en nuestro programa fundacional las
grandes líneas estratégicas que, de común acuerdo
y fieles a los objetivos generales de cada cual, nos comprometen e identifican
cómo organización sindical hegemónica de los periodistas
de todo el Estado español.
La FeSP pretende agrupar, a través de sus sindicatos miembros,
a la mayor parte posible de periodistas en activo, tengan o no vínculo
laboral, y a los que pretendan integrarse o reintegrarse a las tareas
informativas.
Esta voluntad obliga a un esfuerzo unitario y plural que no debe suponer
renuncia alguna de los principios fundamentales que inspiran a todos y
cada uno de nuestros sindicatos.
Estos son: su sentido solidario, unitario y pluralista; su democracia
interna; su compromiso con el resto de asalariados/as del sector y muy
especialmente, su fidelidad a la función social que toda sociedad
democrática impone a sus informadores/as como garantes de un derecho
fundamental: el derecho a la información patrimonio de los ciudadanos/as
libres.
Internamente la FeSP considera tarea prioritaria la difusión
y el intercambio de información entre las organizaciones integrantes
sobre el estado de la profesión y las condiciones laborales, saláriales,
y profesionales en que se desarrolla. Conocer y divulgar esta realidad
es condición imprescindible para lograr mejorarla.
Por consiguiente, la FeSP velará como primer objetivo fundacional
por que estos principios inspiradores de todos y cada uno de sus sindicatos
miembros se mantengan vigentes en los órganos federales y sirvan
de guía y ejemplo para aquellos que en un futuro pretendan engrosar
las filas federales con la aportación de nuevos sindicatos autonómicos.
Tareas federales y soberanía
La FeSP velará asimismo por el buen funcionamiento de cada sindicato
adherido. Prestando apoyos a los que lo precisen o reclamen, ejerciendo
el sentido crítico siempre que sea menester para impulsar la mejor
actuación, implantación y organización de cada uno
de los sindicatos miembros. Esta tarea no debe confundirse con las responsabilidades
de cada uno de ellos en el ejercicio de su soberanía como mejor
entienda.
Es lógico que la FeSP reclame de sus sindicatos miembros la máxima
participación para mejorar la representatividad global del conjunto
de sindicatos federados y lograr la máxima eficacia en la defensa
de las reivindicaciones de los trabajadores. En caso contrario, la FeSP
deberá recordar que esta es una prioridad tanto del sindicato en
concreto como de la totalidad de la FeSP.
Esto es así porque de la representatividad global se derivan
las posibilidades de intervención y muy especialmente de mediación
en los conflictos y en la negociación colectiva.
En tanto que cada sindicato aporta su grado de representatividad al
conjunto federal, las elecciones sindicales pasan a ser materia de interés
de la FeSP, pero la responsabilidad de su ejecución reside en cada
sindicato miembro en su respectivo territorio.
Así, por ejemplo, debemos impulsar secciones sindicales conjuntas
en empresas públicas o privadas de ámbito estatal. En las
empresas de radio, televisión y agencias públicas, debemos
crear secciones sindicales compuestas por todos los afiliados a los sindicatos
de la FeSP, con voluntad de alcanzar la mayoría en los respectivos
comités de empresa o en su defecto de ejercer un papel decisivo.
En los grandes grupos multimedia debe actuarse de igual manera, creando
relaciones transversales de las bases militantes que en nada deben esperar
consignas ni decisiones de los órganos federales, sino que deben
tomar la iniciativa desde ya y con absoluta autonomía.
Debemos velar también por el grado de afiliación que cada
sindicato obtenga en su comunidad autonómica, y por ello debemos
intentar primar a los sindicatos que con un espectro limitado, obtengan
un amplio porcentaje de afiliación.
A la FeSP no sólo le importa sumar el máximo número
de afiliados, sino también el grado de penetración en cada
territorio y en cada segmento de empresas. El mismo criterio de afiliación
debe importarnos en cuanto a empresas grandes (públicas y privadas)
y las pequeñas, sabiendo que nuestro peso específico estriba
en una implantación global extensiva e intensiva.
Política unitaria
Los órganos federales deberán velar por las relaciones
con otros sindicatos o plataformas unitarias para desarrollar con éxito
políticas globales y en la dirección correcta.
No es suficiente impulsar organismos unitarios como el Foro de Organizaciones
de Periodistas (FOP) en el ámbito del Estado español o participar
en la Federación Internacional de Periodistas (FIP) como máximo
organismo internacional, es también imprescindible que estas plataformas
asuman las reivindicaciones básicas de la profesión y cumplan
los compromisos de llevar a cabo las políticas acordadas.
Queremos trabajar con todos, pero sólo desde la base del mutuo
respeto y la progresiva confianza. De ningún modo seremos cómplices
de prácticas sindicales insolidarias, anti-sindicales o entreguistas.
La FeSP no se convertirá en una patria o una bandera, pretende
ser sólo, y no es poco, un instrumento. En consecuencia, será
difícil aliarse con aquellos que hagan de la defensa de una sigla
su objetivo final.
Regulación y precariedad
Las líneas generales de actuación nos obligan a priorizar
la regulación de la profesión periodística tanto
en sus aspectos contractuales y de derechos de autor, como en los de carácter
más estrictamente profesional, ligados a los valores de independencia,
veracidad y a cuantos afecten al derecho de la ciudadanía a una
información libre y completa.
En los aspectos más estrictamente laborales defendemos en primer
lugar la contratación de aquellos que hoy, en fraude de ley, ejercen
la profesión con modalidades diversas de cobro pero sin estar dados
de alta en el régimen de la Seguridad Social y que cumplen los
criterios estrictos de todo trabajador de plantilla. Nos referimos a las
redacciones paralelas o camufladas en las cuales los/las redactores/as
gráficos suelen ser los/las más perjudicados/as. Para todos/as
ellos/as sólo exigimos el cumplimiento estricto de la ley y la
incorporación de pleno derecho en las categorías redaccionales
correspondientes de las empresas en las que prestan sus servicios.
En segundo lugar exigimos la regulación de todo colaborador que
ejerza la profesión por encargo explícito de las empresas
y que perciba sus contraprestaciones con cobro a la pieza. Requerimos
para ellos el alta al régimen general de la Seguridad Social.
Derechos profesionales
Después de décadas de repetir que "la mejor ley de
prensa es la que no existe", reclamamos hoy la necesidad de una legislación
que ampare todos los derechos profesionales de los informadores, sobre
la base de proteger el derecho ciudadano fundamental a la información,
y que establezca unos mínimos laborales obligatorios, sin los cuales
nadie puede garantizar el ejercicio libre de la profesión.
A esta regulación legislativa la hemos llamado Estatuto del Periodista
Profesional cuya aceptación por parte de las organizaciones de
periodistas de toda España quedó suficientemente refrendada
en la II Convención de Periodistas, organizada por el FOP en mayo
de 2000 en Valladolid. Para la FeSP, su implantación será
un objetivo prioritario.
Debe velarse asimismo por el uso correcto de las prácticas estudiantiles
en las empresas, combatiendo la tendencia a convertir a los/as alumnos/as
en mano de obra gratuita o muy barata, ocupando puestos estructurales
en las empresas o eliminando el trabajo temporal que tradicionalmente
sustituía a periodistas de plantilla en determinadas épocas
o supuestos.
Debe velarse también por la auténtica igualdad de sexos
en los trabajos redaccionales y en la escala de responsabilidades, dado
que mientras aumenta el número de compañeras en las redacciones,
sigue existiendo discriminación, tanto en la selección jerárquica
como en el trato salarial.
Negociación colectiva
Defendemos la negociación colectiva tanto en las empresas o grupos
empresariales como sectorialmente. Rechazamos las limitaciones impuestas
por la patronal en las diversas negociaciones sectoriales, que hasta el
momento no han permitido más que un inoperante convenio de prensa
no diaria.
La patronal que ha reconstituido la AEDE es la gran patronal multimedia.
Sin embargo, no se constituye para la radio privada ni para la televisión
privada y productoras de televisión, lo que deja a estos sectores
con su tradicional vacío de cobertura. La voluntad negociadora
de la patronal es claramente limitada y torticera. La FeSP considera prioritario
en sus acciones y movilizaciones lograr que la patronal del sector audiovisual
acepte la negociación colectiva.
Pero el objetivo final de la negociación sectorial debería
ser que prensa diaria y no diaria y agencias de información constituyeran
un solo convenio, que la radio privada tuviera uno propio y que la televisión,
junto a las productoras, tuvieran también el suyo. También
hace falta ya un convenio diferenciado para las nuevas tecnologías
que incluya la negociación sobre el trabajo multimedia. Y se hace
imprescindible, además, algún tipo de regulación
sectorial que recoja los derechos laborales y profesionales específicos
de los periodistas que trabajan en gabinetes de prensa oficiales y en
agencias o gabinetes de comunicación privados.
A mayor torpeza, la Administración no ha sectorizado correctamente
los resultados electorales en concordancia con el ámbito de la
negociación, y escamotea así la auténtica representatividad
de los periodistas.
Mientras va sumando nuevos representantes del conjunto de los sindicatos
de la FeSP será necesario seguir reclamando nuestro derecho a participar
directamente en los ámbitos de la negociación colectiva
general que se vayan constituyendo.
También debemos seguir mejorando el contenido de los convenios
existentes en las empresas, absolutamente insuficientes todos ellos -incluidos
los mejores-- en lo referente a la protección debida a los periodistas
colaboradores y corresponsales.
Diversidad y servicio público
No toda la profesión es uniforme y muchos de nuestros compañeros/as,
especialmente en empresas grandes y en las públicas, requieren
respuestas y avances en materias profesionales que no debemos dejar en
segundo plano.
La información no es una mercancía, sino un derecho ciudadano.
De aquí que todas las empresas públicas y privadas deban
ser consideradas de interés público. Los contenidos de nuestro
trabajo no son neutrales y la manipulación y la falta de difusión
de opiniones plurales es una permanente amenaza al crédito y a
la función mediadora entre los hechos y los receptores de la información.
Debemos seguir impulsando Estatutos de Redacción y consejos de
redacción para generalizar su uso, hoy aún excepcional,
al conjunto de empresas de la comunicación.
Sólo existe un Consejo de la Información en Catalunya,
como organismo autorregulador de seguimiento del Código Deontológico,
debería impulsarse su generalización. De otro modo, los
perjuicios creados por falsas o tendenciosas informaciones sólo
tienen reparación por la vía penal, que sólo castiga
lo estrictamente delictivo; así muchas conductas torticeras quedan
sin ni siquiera la condena moral.
La defensa de los medios públicos no puede dejar de incluir una
severa crítica a su escalada de comercialización y banalidad,
en su búsqueda alocada de audiencias. Es necesario promover la
reforma en profundidad de los Estatutos que rigen los entes públicos,
dotarles de autonomía funcional y financiera adecuada, crear una
Autoridad Audiovisual independiente. En definitiva, democratizar todo
el sistema para que los criterios profesionales de servicio público
se impongan definitivamente.
Ello incluye los medios estatales, autonómicos y locales, así
como los gabinetes de comunicación de todas las administraciones,
verdaderos instrumentos aún hoy de propaganda política del
gobierno correspondiente.
Globalización
La concentración de medios y creación de grandes corporaciones
multimedia plantean nuevos y graves problemas que necesitan nuevas reflexiones
y respuestas sindicales.
La tendencia a convertir al periodista en un "proveedor de contenidos"
para uso de todos los soportes a la vez, desvirtúa medios y géneros
y desvincula al periodista del producto final resultante. La asunción
de todo tipo de nuevas tecnologías crea un gran número de
polivalencias, convirtiendo al periodista en hombre y mujer-orquesta,
que invade multitud de funciones técnicas y el espacio de muchos
oficios colaterales.
Ese uso polivalente y globalizador del periodista se contradicen con
el empeño de los grandes grupos de crear sociedades distintas para
cada nuevo producto, con lo que la relación contractual de los
informadores no se ajusta a derecho cuando se producen trasvases de contenidos
en los distintos soportes informativos de unas cabeceras a otras de naturaleza
mercantil distinta.
El uso generalizado de Internet suma a todo ello nuevos y decisivos
retos en el respeto a los derechos de autor, sin olvidarnos de que los
derechos reprográficos derivados del impuesto sobre fotocopias
sigue sin llegar a los periodistas españoles.
La FeSP rechaza la globalización traducida en imperialismo informativo
-tanto contra los países del Sur como contra el marginado Cuarto
Mundo del Norte- y en fábrica de pensamiento único y de
control social. Frente a la dominación de los grandes medios estadounidenses
y europeos, que condena a los países pobres a ser descritos e interpretados
desde el mismo mundo rico que los explota, reivindicamos el carácter
social de los medios y la condición de bien social -de ningún
modo mercancía o mero espectáculo- de la información,
así como la participación en ellos de la sociedad civil,
a la que, como sujeto activo que debe ser en cualquier sistema democrático,
corresponde un papel protagonista en el proceso noticioso.
Objetivos
Nuestras principales reivindicaciones se resumen en los siguientes 21
objetivos:
EN EL MARCO COMUNITARIO EUROPEO
1. Forzar una legislación antimonopolios.
2. Afianzar las políticas de protección de los medios
públicos.
3. Reforzar las cuotas de producción propia y del espacio
cultural europeo.
4. Perseguir una regulación de garantías mínimas
-laborales y profesionales- del periodista profesional europeo.
5. Trabajar para la acción conjunta y la coordinación
con los sindicatos de periodistas de los países comunitarios.
EN EL MARCO LEGISLATIVO ESPAÑOL
6. Forzar la aprobación legislativa del Estatuto del Periodista
Profesional y la regulación laboral del periodista a la pieza.
7. Luchar por la modificación de las leyes reguladoras de
los medios públicos -estatales, autonómicos y locales- y
la creación de una autoridad del audiovisual independiente.
8. Perseguir la reforma de las normas reguladoras del cobro por
derechos reprográficos. Exigir el cumplimiento íntegro de
la Ley de la Propiedad Intelectual y regular el uso de Internet en materia
de derechos de autor.
9. Reclamar la modificación del Real Decreto sobre prácticas
estudiantiles en las empresas.
10. Exigir la regulación de la enseñanza del Periodismo,
como enseñanza universitaria exclusiva y reconducir su crecimiento
insensato.
EN EL MARCO REIVINDICATIVO
11. Forzar la negociación colectiva sectorial de la Comunicación
en sus tres sub-sectores: Prensa y Agencias, Radio y Televisión.
12. Impulsar la creación de Consejos de la Información
que velen por el cumplimiento del Código Deontológico.
13. Exigir la formalización de las patronales de los tres
sectores.
14. Exigir la contratación de los periodistas que hoy forman
plantillas "encubiertas" o "paralelas".
15. Forzar la introducción de Estatutos de Redacción
en los convenios de empresa y en la negociación de los convenios
sectoriales.
16. Velar por la auténtica igualdad de sexos en las Redacciones
y en la escala de responsabilidades.
17. Forzar la regulación de las prácticas estudiantiles
para que no invadan el ámbito laboral.
EN EL MARCO ORGANIZATIVO
18. Consolidar la Federación de Sindicatos de Periodistas
19. Velar por la buena marcha de cada uno de los sindicatos federados
20. Velar por la necesaria unidad de todos los/as periodistas a
través del FOP.
21. Implicarse en las tareas de la Federación Internacional
de Periodistas.
|