Tarragona, 17, 18 y 19 de mayo de 2002

 

El derecho a la información y los derechos de los informadores


Han pasado cuatro años desde que trescientos periodistas de todo el país convocados por el Foro de Organizaciones de Periodistas acordaron en Cádiz, en la 1ª Convención, reivindicar un marco de negociación colectiva para que, a través de un espacio unitario de reivindicación y propuesta, fueran ganando presencia sindical y profesional, las demandas de los periodistas. Fue aquel un encuentro de trascendental importancia, porque se ponía en marcha un dispositivo de convergencia reivindicativa y de agrupamiento de las distintas y más representativas organizaciones sindicales y profesionales del sector. A partir del respeto a la identidad y autonomía de cada una de ellas, el Foro consolidaba una andadura y un proceso de trabajo en común que, no sin dificultades, ha ido progresando hasta hoy y que esperamos siga avanzando en el futuro.

No será difícil recordar que en la Convención de Cádiz nos marcamos como objetivo básico la apertura de un proceso negociador con la patronal de Prensa Diaria que existía de facto, pero que negaba su condición de asociación patronal sectorial, retrasando más allá de lo tolerable la constitución de una Mesa para el Convenio de Prensa Diaria. Diversas iniciativas sindicales, de presión institucional y laboral, consiguieron finalmente su propósito y después de complejas negociaciones se firmó el Primer Convenio Estatal de Prensa Diaria el 31 de julio de 2001.


La Convención de Valladolid

Hace dos años fue la 2ª Convención de Periodistas celebrada en Valladolid, la que trató de actualizar las demandas reivindicativas de los periodistas, prestando especial atención al marco profesional y más concretamente, a la necesidad de elaborar un Estatuto de la Profesión Periodística. Bajo el título Periodistas con derechos para una información más digna , advertíamos entonces que la actividad periodística comporta un compromiso con la sociedad, de transmisión de un derecho fundamental de toda democracia como es el derecho a la información. Derecho reconocido no sólo por la Carta Universal de Derechos Humanos sino por la Constitución Española y los estatutos de Autonomía. Y precisábamos que el ejercicio de la profesión periodística debe realizarse con las suficientes garantías para que se desarrolle de forma fiable y responsable, garantías que han de responder a condiciones laborales y profesionales reconocidas y que signifiquen un punto de referencia de obligado cumplimiento.

Este ha sido el gran reto de la 3ª Convención que durante los días 17, 18 y 19 de mayo de 2002 hemos llevado a cabo en Tarragona y que a modo de síntesis, resumimos a continuación.


Un Estatuto Profesional al servicio del público

El mandato que asumimos en la Convención de Valladolid, aunque genérico y con propuestas diversas, nos emplazaba a desbrozar que podía significar a estas alturas un Estatuto Profesional. El texto debatido y finalmente aprobado supone una detallada exposición de los motivos constitucionales, legales y profesionales que justifican el desarrollo de nuestro derecho a la libertad de expresión e información. Y lo hemos hecho, separando el reconocimiento de unos derechos profesionales directamente derivados de la Constitución de la defensa de los derechos laborales en los sectores más desamparados frente a las empresas para concluir que todo aquel que haga profesión y medio de vida del ejercicio de la libertad de expresión e información ha de ser titular de esos derechos específicos y digno de la protección que ofrece el Estatuto que proponemos .

Como bien se advertía en la introducción del Estatuto, no están en juego privilegios, sino la independencia profesional frente a los poderes públicos y privados. Y todo ello al servicio del público. No perdamos de vista este fin último en el intenso trabajo que nos espera de ahora en adelante .


Medios públicos de comunicación en las sociedades democráticas

El mantenimiento del servicio público, del interés general y del acceso universal a los medios públicos de comunicación, especialmente a los medios audiovisuales, garantizan la cohesión social, la defensa de los derechos fundamentales y la posibilidad de una opinión pública libre, condición básica para el funcionamiento del sistema democrático.

El cumplimiento del servicio público se debe asegurar de forma clara, con la existencia de unos medios públicos fuertes e independientes, con un doble sistema de financiación que asegure su viabilidad, en un mercado caracterizado por la opulencia comunicativa y el aumento indiscriminado de ofertas, pero no de veracidad informativa, ni por la independencia, ni por la búsqueda de la objetividad.

La desaparición de fronteras históricas en Europa y la reaparición de otras, ha aumentado la necesidad de respetar las diferentes entidades políticas, geográficas y culturales. Y en su seno, conservar el rol jugado por los medios públicos y de manera singular, por las televisiones, como medios de masas. La cooperación de las televisiones en Europa constituye un medio para evitar la contradicción entre nacionalismo y construcción de un nuevo marco europeo, entre identidad y expansión en Europa. Y esa cooperación sólo se puede dar, superando intereses particulares y abriendo espacios de colaboración más amplios.


La situación laboral de la profesión periodística

La precariedad del empleo, es decir el deterioro de la calidad del empleo periodístico, es el factor más relevante de la profesión. El empleo estable mantiene una continuada trayectoria descendente. En la actualidad, más del 40 por ciento de los periodistas tienen contratos temporales, al tiempo que se detecta un espectacular crecimiento de los becarios. De hecho, los datos más optimistas indican que, al menos, uno de cada cuatro periodistas en ejercicio carece de un salario estable. Esta realidad es aún más grave en los medios audiovisuales alternativos, donde casi el 50% de las plantillas están formadas por colaboradores.

Por otro lado, es significativo que el número de puestos de trabajo con una remuneración inferior a 2 millones de pesetas anuales crece progresivamente, habiéndose duplicado en los últimos 8 años. Más del 20 por ciento de los profesionales en activo percibe un salario inferior a los 12.020 euros (dos millones de pesetas). Aún resulta más preocupante la proporción de periodistas que considerándose integrados en una redacción, perciben salarios anuales por debajo del millón de pesetas (6.010 euros), lo que representa un sueldo medio de 70.000 pesetas al mes.

A todo ello, hay que sumar la utilización que las empresas hacen de la figura del becario que, en la mayoría de los casos, se ve obligado a efectuar las labores de los redactores, ocupando en la práctica, puestos de trabajo estructurales en la redacción.

Para hacer frente al creciente deterioro de las condiciones de trabajo que se observan entre los periodistas, hemos de dar prioridad al desarrollo de marcos contractuales de negociación colectiva que garanticen cobertura normativa y reivindicativa a todos los sectores de la comunicación social. Para avanzar en dicha estrategia, urge consolidar la interlocución con las patronales sectoriales y con la Administración, asumiendo como Foro un compromiso básico en la acción contractual: la regulación de las condiciones laborales de los colaboradores.


La globalización de la información

Fue un investigador de la comunicación, Marshall McLuhan quien acuñó el término de la Aldea global y fue un medio informativo, la televisión, el que dio posibilidades de existencia a la aldea global. Bien puede afirmarse, entonces, que en estas reflexiones y consecuencias del desarrollo de la comunicación pueda localizarse el origen de la globalización.

La vocación de universalidad que tiene la noticia y la profunda transformación de las tecnologías de la comunicación hace que el hecho de la globalización informativa haya emergido como antecedente del fenómeno globalizador. No menos importante es el creciente proceso de concentración de medios de comunicación que ha convertido esta industria en pionera de la globalización. Por eso, desde todos los foros de reflexión y propuesta sobre la globalización se ha prestado singular trascendencia a la concentración de la oferta informativa en tanto que un grave peligro para la democracia .

Por todo ello, el Foro de Organizaciones de Periodistas incorporará a su proyecto programático la necesidad de intervenir activamente en la coordinación internacional de las organizaciones sindicales para ir generando una cultura unitaria de acción reivindicativa por la globalización de los derechos, en defensa del pluralismo y de la libertad. Una iniciativa que debe traducirse en el fortalecimiento de las organizaciones internacionales de periodistas, para que se conviertan en instrumentos cada vez más útiles para los periodistas.


Tarragona, 19 de mayo de 2002


 

 
 

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